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INTRODUCCION




El viejo déspota
El fenómeno de la Y

Esta web tiene diferentes objetivos.  El primero y antes que nada,  que sea interesante para el navegador cibernético y que la pasen bien mientras visitan CUBA con Y... El segundo es un humilde pero afectuoso homenaje a nuestros hermanos cubanos en la isla y fuera de ella por haber sobrevivido 50 años de tiranía comunista cortesía de la robolución castrista y 50 años de exilio. ¡No es fácil!
A los miles que no sobrevivieron sólo podemos brindarles el homenaje de nuestro recuerdo y la constancia de nuestras oraciones.
El príncipe heredero
Dentro de la categoría "homenaje al cubano" hemos querido destacar a aquellos que nacieron y se criaron en la isla esclava, sobre todo las últimas dos o tres generaciones. ¿Por qué? Porque son los cubanos de la Y... Aquellos que escandalizaron a muchos compatriotas que llevaban 30, 40 o 50 años en el exilio al presentarse con nombrecitos propios como Yankiel, Yoeysis, Yordakis, Yolidurky y Yaquirelis.  ¿Como dijo que se llama usted? - ¡Yeuniser, coño, Yeuniser!  Eh...¿pero que le pasa a este tipo? ¿Está sordo o es tarado?
Estos cubanos maravillosos de la Y pueden causar extrañeza y hasta suspicacia en los cubanos de otras generaciones acostumbrados a nombres propios mas conformes con un país como Cuba de profundas raíces españolas. En la Cuba de antes del despelote socio-político-cultural comunista,  los ciudadanos nombraban a sus hijos de acuerdo a la tradición hispana y muy particularmente de acuerdo al santoral de la Iglesia Católica.  Incluso los afrocubanos y los cubanos de ascendencia mucho más exótica (teníamos de todo, chinos, coreanos, libaneses, sirios, etc.) nombraban a sus hijos con nombres tan cristianos como Tomás, Pedro, Caridad, María, Miguel, Esperanza, etc.; nombres entrañables que nos identificaba con la Madre Patria y nos hermanaba con otros países latinoamericanos que compartían nuestra misma historia.  A ningún afrocubano se le hubiera ocurrido nombrar a un hijo Changó, ni Yemayá, ni Ochún... y a pesar de la influecia que nos llegaba del "norte" por estar situada la isla a 90 millas de los Estados Unidos, eran muy pocos -poquísimos- los cubanos que respondían a nombres como Johnny, Michael or Mary-Ann.  Lo nuestro era lo español y nos sentiamos orgullosos de la cultura legada de los colonizadores.
Por eso es fácil comprender que los cubanos "de antes" se sientan un tanto confundidos y hasta contrariados cuando se han topado ahora, al final del camino, con familiares y compatriotas con nombres que parecen negar nuestra cultura hispana. Se comprende pero no se debe permitir que este detallito de los nombres nos divida aún más de lo que estamos.  Ambas partes deben ejercer la tolerancia y admitir que todos hemos sido víctimas de una misma dictadura y que nos debemos mutuo apoyo si queremos que algun día nuestra maltratada Patria recupere su futuro.


Y + Y + Y =
LIBERTAD
Una teoría...
Nosotros tenemos la teoría de que, detrás de esos nuevos nombres cubanos, se esconde una velada rebeldía de nuestros paisanos contra el sistema en que nacieron y se criaron.   En una sociedad como la cubana donde se le prohibe al pueblo los más básicos derechos humanos y se le exige el comportamiento de un rebaño de dóciles corderitos es natural que la cosa tenía que "reventar" por algún lado.   Y reventó por el lado que no esperaba nadie y que no podía controlar la dictadura.  
Trabajando la teoría Y
Los cubanos, privados de su libertad y limitados en la expresión de su creatividad por el control oficial sobre la cultura y las artes, dieron rienda suelta a su imaginación en los nombres que inventaron para identificar a sus hijos. Esperamos que esta teoría tan básica sea tomada en consideración por gente mejor preparada que nosotros; quizás sociólogos o psicólogos o especialistas en fenómenos masivos puedan desarrollarla adecuadamente para que quede como dato curioso en la historia del pueblo cubano.

Por lo pronto deseamos un mejor entendimiento entre todos nuestros compatriotas.  Los de "antes" debemos comprender, apoyar y amar a nuestros paisanos de Y, que después de todo son nuestros familiares, nuestros vecinos y comparten nuestra identidad.  Los cubanos de Y deben a su vez comprender a los que se confunden al pronunciar sus nombres. Si usted se llama Yulismilsy o algo similar tiene dos opciones:  sentirse orgulloso del nombre tan creativo que le dieron sus padres y acostumbrarse a que cada vez que le pregunten su nombre la reacción sea: ¿como dijo? ¿y eso con que se come, consorte? o en inglés: What? Can you spell that please? O la segunda opción: cuando se haga ciudadano de Estados Unidos, cámbiese el nombre para algo más pronunciable. El gobierno le hace el cambio gratis.  Pero repetimos, cualquiera que sea su decisión, usted y su nombre merecen nuestros respetos.

Por último, esta web pretende agregar su granito de arena para que personas de todas las nacionalidades mediten sobre la situación cubana actual y los peligros que se ciernen sobre el continente inspirados por la dictadura de los Castro y emulado por militarcillos petulantes como Chávez en Venezuela, pseudo-revolucionarios como Ortega en Nicaragua y ridiculeces que es mejor no nombrar en Bolivia y Ecuador. Al parecer todavía hay muchas personas por esos mundos que no han aprendido nada de la historia pero recuerden todos que en Estados Unidos ya no quieren mas exilados o emigrantes hispanos y que nuestra situación en América Latina
sólo podemos arreglarla nosotros mismos...

Curra Albornoz
(¿ven? ¡mi nombrecito tambien se las trae!)




Están escuchando "La Comparsa" del Maestro Ernesto Lecuona interpretada por la Orquesta de Cámara de la Florida bajo la dirección de la notable pianista y profesora cubana Marlene Urbay.  






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